Dios en las cosas Pequeñas

Sacado de un cuaderno de devocionales, de esos que siempre empiezo, escribo una veintena de cosas y dejo botado.

16 enero 2007

He descubierto -¡Y por eso te alabo Dios!- que tu eres más señor de mi vida en las cosas pequeñas. o sea, es ahí donde más me cuesta dejarte el trono a ti, pero a su vez es donde más te glorificas y tu me revelas lo poderoso que eres.
Es en cosas tan ínfimas como una brisa, brisa que hace que los árboles se muevan gráciles en una sutil danza, en donde yo experimento tu presencia. En pruebas como dar mi plata para la micro, actuar desinteresadamente en una acción que puede verse sin mayor importancia. Es ahí donde tu me sorprendes más y más.
Creo que estas cosas son producto, y a sus vez, me llevan a una mayor intimidad contigo mi Dios. Me salvas de un estilo de vida que no vale nada, para darle verdadero sentido a mi existir. Por esta misma razón me entristece como yo misma y como mi entorno nos olvidamos de ti, y de las cosas pequeñas. Dejo pasar lo que no debería, y luego se me hace normal el pecado y en cualquier momento todo ese paradigma es natural. esto se vuelve un gran problema de repente pero ¿Donde estas tu Dios? No te veo. No alcanzo a verte en lo cotidiano porque no me acerco a ti. Te aparté yo misma de mi vida diaria.
Mi oración en este momento es que tu Dios seas Rey sobre mi vida, que Jesús no sólo sea mi ejemplo a Seguir, sino que se refleje en mi alma su poderosa salvación. Quiero adorarte, y disfrutar de una verdadera relación contigo. Pero para eso debo verte siempre, en lo grande y en lo pequeño.

Dios, sé mi Dios en las cosas pequeñas.

Cuán atingente a mi vida se hacen mis propias palabras ahora...

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